En síntesis, en su vida, ciertas profundidades se convierten en anécdotas y sigue. Porque últimamente, como algunos de sus textos teatrales tienen ciertas cualidades narrativas, no puede quedarse allí y entonces produce novelas. Dos distinciones le confirmaron que algo de lo suyo estaba logrado. Una nominación al premio Trinidad Guevara por su obra teatral Somnium (2004) y, en el último año, una mención del Premio Clarín Novela. Claro que también ha recibido otras distinciones, pero ésas han sido definitivas.
Ascasubi, Braun y Carmela son los tres personajes de su pieza Amalfi, que, pasado mañana, estrenará en el Teatro del Abasto bajo su dirección y con actuación de Eduardo Leyrado, Mariel Rosciano y Jorge Albella. Una guerra, un hombre que regresa (¿de la muerte?) a la casa que compartía con su esposa, pero como para ella él había desaparecido tiene un nuevo amor. Nada de lo que parece es y todo es posible en ese triángulo de seres desgarrados. Lo anecdótico y la profundidad vuelven a darse la mano. La única posibilidad es, quizás, Amalfi . "Una ciudad que conocí en mi viaje a Italia - dice el autor-: el Mediterráneo azul, tibio. Esa ciudad como utopía, donde hay armonía, donde el conflicto no es posible."
DesarraigoEse viaje a Italia trajo consigo un reconocimiento que el autor y director explica de la siguiente manera: "Ahí se me produjo un choque que tuvo que ver con lo patriótico. Necesité indagar sobre lo que había pasado en nuestra historia de país. Había descubierto de qué se trata el fracaso del exilio y comencé a preguntarme qué había ocurrido con nosotros, con esa mixtura gallega y tana que somos los argentinos. En esa indagación, el personaje que comenzó a golpear fue San Martín".
La derivación se operó, concretamente, en un ciclo de piezas de corte histórico: En París con aguacero(donde trabaja sobre los últimos días de San Martín en Francia), De sobornos al olvido (donde aparece la figura de Castelli) y Lovely revolution (donde los días de la Revolución de Mayo asoman con fuerza).
Resulta interesante esa frase: "Los personajes empiezan a golpear". Y vuelve a utilizarla para hablar deAmalfi , a la vez que dice: "Se trata de una pieza muy visceral: ahí ocurre lo que sostiene Harold Pinter respecto de que uno no puede decirles a los personajes lo que tienen que hacer. El personaje no pide la llegada del autor, quiere hacer su vida. El autor sólo es un mediador entre esas fuerzas".
Pero también esa visceralidad parece repetirse cuando habla de su interés por que las didascalias de sus obras estén plagadas de imágenes. "Ese es un vicio que no puedo evitar -explica-; parece que va a estallar una novela y sin embargo es una obra de teatro. Me gusta que los hacedores del teatro -los actores, el director, el escenógrafo- se sientan convocados por un mundo, y ese mundo lo comienzo en las acotaciones, no en el texto propiamente dicho."
Entre la literatura y el teatroSu historia. Enrique Papatino se formó con Pedro Aleandro, Augusto Fernandes y Raúl Serrano en actuación. En dramaturgia, junto a Mauricio Kartun y Ricardo Monti.
Sus obras: Sabiondos y suicidas, Luna y misterio, Canta para mí, En París con aguacero, Hébenon, Somnium, El paso de santa Isabel.
Como actor: Hombres en pugna, Don Juan, Incriminándome, Cartas de amor a Stalin, Los siete locos, Lovely Revolution, Procedimientos para inhibir la voluntad de los individuos.
Televisión: Escribió los guiones del ciclo Voces (Encuentro y Canal 7). Como actor, trabajó en Como pan caliente y No todo es noticia.
Premios: Teatro XXI por Amalfi (2007), Segundo Premio Nacional de Dramaturgia del INT por Amalfi (2008). Argentores por En París con aguacero (2008). Mención Premio Clarín-Alfaguara de Novela 2009 por La fantasía bajo sospecha.