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Amalfi
Para alcanzar un pequeñísimo estado de gracia.

Obra escrita y dirigida por Enrique Papatino
Si hay algo estupendo en la pieza Amalfi, con texto y dirección de Enrique Papatino, es el logrado entrecruce entre el lirismo, la extrañeza y la atemporalidad. Porque aunque los temas que trata la obra ya han sido transitados en varias oportunidades, esos cruces provocan que Amalfi los ilumine de una manera singular.

Lejos de mostrar con halo trágico cómo la guerra desgarra y modifica la vida de las personas, Papatino elige llegar a ese mismo punto doloroso, mediante el humor y la poesía.

Todos los sucesos que ocurren son terribles, pero esa patina lírica-humorística desembocan en un estado de absurdez tal, que no hacen más que profundizar la endeblez, las perdidas, y los sinsentidos, a que son sometidos los hombres durante los periodos de guerra. Tanto en sus interrelaciones como en sus conflictos individuales, cada uno de los personajes debieron, deben y deberán tomar decisiones empujados por la sin razón de la guerra. Y de ahí que el clima absurdo que trasunta la obra sea el justo para lo que se trata.

Para profundizar más en ese clima, la elección de mezclar tiempos -con un apoyo estupendo en los trabajos de Edgardo López Albarellos (escenografía) y Cecilia Larumbe (vestuario y utilería), y un sutil manejo del lenguaje- instala la idea de que la guerra es una perpetua compañera de la humanidad, y que los espacios para la esperanza quedan casi en el plano de lo inalcanzable o lo ilusorio.

Eduardo Leyrado muestra sensiblemente el transito de un hombre hacia su vulnerabilidad; Mariel Rosciano, en un trabajo que se va afirmando con el transcurrir de la obra, exhibe como su personaje va borrando sus contradicciones hasta encontrar su sentido; y Jorge Albella compone maravillosamente a ese ser que de a poco no le queda nada por asir.

De lo expositivo a lo intimista es el diseño de iluminación de de Edgardo Safigueroa.
El alcanzar y conservar un pequeñísimo estado de gracia, aunque se deshilache y quiera esfumarse, de eso trata Amalfi.

Gabriel Peralta